El jueves pasado, Maite Alberdi —destacada exalumna y exprofesora de la Facultad de Comunicaciones UC— cautivó a estudiantes y profesores que repletaron el auditorio con su clase magistral titulada “Aprender a perder el control al filmar”. En este evento, la acompañaron Marcela Santibáñez, profesora FCOM UC y creadora de Prisma Distribución; Nicholas Hooper, exalumno y productor ejecutivo en Micromundo Producciones; y Magdalena Leturia, directora de relaciones públicas en Latinoamérica de la película “La Memoria Infinita” para Paramount.
“Como creadora, se ha internado en procesos investigativos exhaustivos. Ha explorado su voz con convicción y se ha aventurado a crear formas de lenguaje que, a partir de la realidad y desde la vida de las personas, le permiten expresarla de nuevos modos”, afirmó la decana Paulina Gómez antes de dar inicio a la cátedra de la directora. “Estamos muy orgullosos de su labor artística y colaborativa y contentos con la posibilidad de reunirnos en este espacio universitario para escuchar, aprender y conversar entre generaciones”, agregó Gómez al momento que invitó a Alberdi y su equipo al escenario para recibir un reconocimiento de parte de la Facultad de Comunicaciones UC.
En su cátedra, la cineasta chilena trató las principales aristas que hay que considerar a la hora de filmar, tales como la observación y vida real, programar el azar, la investigación previa al momento del rodaje y las emociones que empapan toda obra audiovisual. Para ello, utilizó las escenas más icónicas de su filmografía, desde “El Salvavidas” —película documental que retrata este oficio en una de las playas más peligrosas de Chile— hasta su última producción, “La memoria infinita”, documental que repasa la vida y obra de Augusto Góngora, periodista chileno comprometido con la defensa de los derechos humanos fallecido en 2023 a causa del Alzheimer que padecía.
“Programar el azar es confiar en que uno va a pasar tanto tiempo observando pacientemente una realidad que la va a conocer de tal manera que, incluso la casualidad, todo esto que parece azaroso, se puede programar porque sabemos cuándo va a pasar. Lo difícil de todo esto es que necesitamos tener mucho tiempo y mucha paciencia”, explicó Alberdi. Un ejemplo de esto es su película “La Once”, trabajo que documenta las reuniones de un grupo de amigas de la tercera edad una vez al mes a lo largo de cinco años.
Por otro lado, un ejemplo de la pérdida de control fue la llegada del covid-19 en pleno rodaje de “La memoria infinita”. Ante la incertidumbre de la pandemia, Maite Alberdi dijo que “la solución fue mandarle la cámara a Paulina [Urrutia] y que ella filmara gran parte del material”. Esto se evidencia en la escena que da inicio al documental, donde es Urrutia quien manipula la cámara y comienza a hablar con su esposo Augusto Góngora.
“Nos hemos enfrentado a esas experiencias que son de descontrol; la vida es de descontrol. Pero finalmente, ¿qué nos regala ese descontrol? A mí me regala experiencias, siempre dicen que [el cine] es una fábrica de experiencias para el espectador. Yo digo que el documental es una fábrica de experiencias para mí, porque creo que todas las películas son experiencias que yo he vivido, y también se terminan transformando en mi propia vida”, concluyó Alberdi entre un aplauso ensordecedor por parte de su audiencia.
